Seleccionar página

Boletín: Septiembre 2021

Volver

El proceso de digitalización de las empresas está experimentado en la actualidad un indudable auge. La pandemia, las restricciones a la movilidad, el big data y, sobre todo, la aplicación de la inteligencia artificial en todo tipo de procesos, ha propiciado un aumento espectacular de la digitalización de la documentación y de los datos de las empresas. Además, este proceso tecnológico está recibiendo un fuerte impulso de las instituciones públicas nacionales y europeas que consideran imprescindible la paulatina digitalización de las empresas si quieren seguir siendo competitivas.

Sin embargo, este imparable proceso de digitalización, beneficioso desde todo punto de vista para la modernización de las empresas, esconde tras de sí algunas dificultades añadidas, porque propicia que toda la documentación empresarial pueda ser conocida o divulgada a terceros, desde el momento en que la digitalización de tales datos abre la puerta a que se produzcan ciberataques que permitan a terceros acceder a datos empresariales secretos, que, además, si se eliminan, no pueden ser sustituidos al carecer de soporte documental de referencia.

Ciertamente no hay una respuesta sencilla para este gran problema. La mejor solución es siempre la prevención y, sobre todo, la anticipación. Es preciso que las empresas cuenten con instrumentos que les permitan no sólo protegerse frente a tales ataques, sino que, además, puedan anticiparse a los mismos. Por eso, deben favorecerse los planes de contingencia, que identifiquen los riesgos y preparen a las empresas para responder ante un ciberataque.

En este sentido, no hay que olvidar que estos peligros se pueden plantear en todo tipo de empresas. Normalmente las empresas de los sectores financieros son las más proclives a ser objeto de tales ciberataques, si bien, son también las que mejor preparadas están para hacer frente a tales amenazas. Por eso, se deben implantar tales planes de contingencia en todo tipo de empresas, ya que en todas están igualmente presentes estos riesgos como consecuencia de la digitalización de sus datos. Se requiere, en suma, que los analistas de seguridad ahonden en sus capacidades y conocimientos, y, al mismo tiempo, traten de transmitir a los usuarios la importancia y los riesgos potenciales de determinados comportamientos.

Esto significa que la digitalización, entendida como fenómeno favorable y netamente positivo para las empresas, también debe implicar que estas presten una mayor atención a las medidas de seguridad que les permitan encontrar posibles vulnerabilidades y, en su caso, emplear herramientas que minimicen determinados riesgos. Para ello será necesario contar con el apoyo de empresas especializadas en el ámbito de la ciberseguridad, tanto desde una perspectiva informática como jurídica, a fin de conseguir que la empresa esté preparada en todos los frentes ante este tipo de ataques informáticos, cada vez más habituales y sofisticados.

Diseña tu trayectoria profesional con nosotros.

Da el primer paso y pon tu talento en acción.

Contacto

¿Te gustaría saber más sobre nuestros servicios?

CONTÁCTANOS