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En algún momento de la vida de un empresario se habrá preguntado cuanto “vale” su empresa… más allá del valor sentimental, del esfuerzo y del trabajo de años, incluso décadas, deberíamos ser capaces de responder a esa duda de manera objetiva. Hay múltiples y variados métodos para determinar el valor de una compañía… sin embargo… la única respuesta “correcta” es: lo que me quieran pagar por ella.

Entonces ¿cómo valoramos una compañía?

Valoración de Compañías

Cuando afrontamos una transacción corporativa, nos enfrentamos a una de las preguntas más complejas de responder para los accionistas: ¿Cuánto vale mi empresa? Permitidme un poco de historia y, de paso, corregir una creencia popular…

Reinaba otro Felipe, el III, cuando en marzo de 1.611 el Duque de Osuna, Don Pedro Téllez-Girón, aspiraba a ser nombrado virrey de Nápoles, empobrecida y devastada por los corsarios, pero con un extraordinario valor estratégico para la dominación del Mediterráneo. Fue entonces cuando el amigo y secretario del Duque, Francisco de Quevedo, le dijo aquella frase que tanta fortuna hizo, y que popularizó tres siglos más tarde Antonio Machado: “Sólo el necio confunde valor y precio

Por ello… ¿Qué es valor y qué es precio?

Siempre debemos tener en cuenta tres cuestiones imprescindibles: ¿Para qué se realiza? ¿Qué se pretende valorar? ¿Quién va a ser el destinatario de la misma?

La valoración de una empresa es vital para afrontar el mercado, si has decidido vender tu empresa, o de compararse con empresas del mismo sector o similares, y por supuesto de conocer el valor “acumulado” del desempeño (performance en inglés) del negocio a lo largo de su vida.

El mundo de las fusiones y adquisiciones está ligado, indiscutiblemente, a la valoración de empresas, ya que es una actividad necesaria en la mayoría de las operaciones corporativas. Existen varios métodos para valorar, pero principalmente se utilizan los dos siguientes: el descuento de flujos de caja y el método de las compañías comparables.

1.- La valoración por descuento de flujos de caja

La valoración por Descuento de Flujos de Caja es un método que a menudo se utiliza internamente o con inversores a largo plazo para valorar una empresa.

Esta forma de valorar una empresa está enfocada en el flujo de caja operacional que la compañía genera y su tasa de crecimiento esperada en el futuro. Una empresa, puede usar su flujo de caja libre actual o su flujo de caja libre esperado si la empresa tiene la intención de realizar cambios operacionales en un futuro cercano.

El uso del método de valuación de flujo de caja libre requiere que descuentes los flujos de caja futuros anticipados o que sean previstos futuros flujos de caja al momento presente.

Eso significa que se ha de traer al presente el valor proyectado de los flujos de caja futuro (de los próximos 5 años, por ejemplo). Este cálculo puede ser complejo, ya que implica algunas suposiciones sobre los flujos de efectivo operativos, la financiación, la inflación, etc…

Sin embargo, el enfoque no cambia. El objetivo es determinar el valor de los flujos de la empresa generados durante un período de tiempo después de eliminar las inversiones de activos necesarias. Este valor puede ir a los accionistas en particular o a la compañía en general, pero los flujos de efectivo operativos son los impulsores.

2.- El método de las compañías comparables

El método de las compañías comparables es una técnica utilizada para valorar a una empresa al comparar los múltiplos de valoración de esa empresa con los de sus iguales. La idea básica es que las empresas con características similares deberían comerciar en múltiplos similares, en igualdad de condiciones.

Estas comparaciones son relativamente fáciles de realizar, y los datos necesarios generalmente están disponibles, siempre que las compañías comparables se coticen en bolsa. Además, suponiendo que el mercado está valorando eficientemente los valores de otras compañías, este método proporciona un rango de valoración razonable, mientras que otros métodos de valoración, como el anterior, dependen de toda una serie de suposiciones. En muchas de las ocasiones el método de compañías comparables se utiliza como método de contraste frente al descuento de flujos de caja.

De esa forma, podemos calibrar si nuestros cálculos son correctos, si las desviaciones respecto del mercado (por arriba o por abajo) tienen un racional (crecimientos esperados, por ejemplo) o tomar decisiones sobre la evolución de la empresa para adecuarnos a los estándares esperados.

Como conclusión, hemos de tener claro que ningún método de valoración es perfecto, pero al conocer las características de la empresa, se puede seleccionar el método de valoración que mejor se adapte a la situación.

La elaboración de un informe de valoración es un trabajo fundamental para preparar una buena negociación y para poder maximizar el precio al disponer de argumentos numéricos lógicos y trabajados.

Javier Galdós Quevedo
Financial Solutions & Corporate
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