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La velocidad y las exigencias de los mercados requieren que las organizaciones cuenten con personas altamente cualificadas y comprometidas para trabajar en entornos cambiantes y continuamente expuestos a nuevos retos.

En ese contexto, cada vez son más las organizaciones que apuestan por la externalización de algunas de las áreas del departamento de personas, entre ellas, el área de Formación. Esto es debido a que la gestión sistematizada del proceso de formación, implica una inversión en tiempo, recursos y seguimiento que en ocasiones las organizaciones tienen dificultades en acometer.

Definimos el proceso formativo en 3 grandes fases:

  • Diagnóstico de Necesidades de Formación.
  • Plan de Formación y gestión de las acciones que lo componen
  • Evaluación del Impacto de la Formación y su Transferencia al puesto de trabajo.

1.- Diagnóstico de Necesidades de Formación:

Como en todo proyecto, es importante asentar bien las bases del Análisis de Necesidades Formativas. Para ello, es necesario crear un espacio de reflexión involucrando al equipo directivo y mandos intermedios desde un primer momento, ya que de esta manera conseguiremos alinear los retos a los que se enfrenta la organización, con el Diagnóstico de Necesidades Formativas, favoreciendo así la obtención de un Plan de Formación realista, ejecutable y compartido.

Contar con un equipo entrenado para crear dicho espacio de reflexión desde el primer momento, consiguiendo involucrar a toda la organización y garantizando de esta manera la puesta en marcha del plan de formación, es la manera más eficaz de que el plan se cumpla.

2-. Plan de Formación:

La puesta en marcha del Plan de Formación es una fase crítica, donde las organizaciones encuentran las mayores dificultades: coordinación con directores/responsables, infinidad de tareas administrativas, desconocimiento en la gestión de subvenciones etc., es decir, dificultades para el seguimiento y trazabilidad de todo el proceso.

En este sentido, delegar estas funciones en un equipo experimentado aporta a la organización soluciones prácticas, parametrizadas y objetivas en aras a optimizar tanto el tiempo, como el coste de la propia formación.

3.- Evaluación:

La evaluación de la acción formativa y transferencia al puesto de trabajo es clave, no sólo medir la satisfacción de los participantes con la formación recibida, sino también, el grado de interiorización de los conocimientos adquiridos y conocer que en qué medida se aplican en el puesto de trabajo.

Para ello, es necesario disponer de un software que ayude a realizar el control y seguimiento del Plan de Formación de una manera ágil, eficaz y eficiente, conociendo de esta manera en detalle el estado de cada fase del proceso y obteniendo KPI reales y útiles, adaptados a las necesidades de cada organización.

Contar con un equipo entrenado, que además de establecer los indicadores, pueda hacer el seguimiento y la trazabilidad, adaptándose a las herramientas que tiene la empresa o proponiendo alternativas para ello, es importante para garantizar el seguimiento de todo el proceso formativo.

En LKS Next, ofrecemos a las organizaciones un proceso ágil y sistematizado, definido en una secuencia ordenada, con objetivos específicos y parámetros de medición, que garantizan el éxito del mismo. Todo esto es fruto de la experiencia de más 20 años, un amplio conocimiento de una red de proveedores cualificados y de un equipo de trabajo flexible y en constante desarrollo.

Una extensión del departamento de Personas, donde la figura de la persona consultora está integrada y reconocida en la organización, convirtiéndonos en el referente de formación, como uno más del equipo.

Solo hay algo peor que formar a tus empleados y que se vayan. No formarlos y que se queden” Henry Ford.

Alazne Arispe

Consultora de Selección y Formación

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